Método Victoria
Hoy sólo quiero hablaros de alguien, simplemente impresionante. Una persona a quien conocí hace ya quizás una década de mi vida… no lo recuerdo. Pero una persona de un inmenso corazón. Ella tenía un sueño: poder ayudar a la gente. Pero las circunstancias de la vida la hicieron una luchadora para poder sacar a su familia adelante, y tuvo que posponer ese sueño. Aún así y tras todos los inconvenientes, en cuanto tuvo un minuto se lanzó a por él. Tras muchos años de ayudar a muchas personas, pensando antes en ellos que en sí misma, ha hecho sus propias indagaciones y ahora conoce la respuesta al bienestar.
Ella es sabiduría, tenacidad, esfuerzo… una guía de sueños cumplidos y muchos otros que van a llegar. Alguien que simplemente se merece lo mejor, que no teme, que confía y a para la que dar a los demás es tan importante como tener para sí misma.
Durante años ha experimentado con sus manos, ayudando a personas a vivir mejor, ha logrado cosas impresionantes y ha hecho del mundo un sitio más confortable para muchos. Pero ahora, es su momento, es el momento en que todo se une en su camino y en el que por fin va recogiendo sus frutos. Ese momento al que cuando llegas la felicidad te inunda y simplemente te hace mirar atrás con una sonrisa y pensar que todo el esfuerzo ha merecido la pena.
Os dejo este enlace «método victoria» para que veáis el fruto de su trabajo un libro que como ella misma dice ha querido regalar para el bien de la humanidad. Un libro que encierra una sabiduría infinita y del que estoy segura que antes o después va a dar mucho que hablar.
Enhorabuena Victoria, por ser como eres y por lograr tantos triunfos.
Uno de los mayores ejemplos de «momentos 10 herzios».
Soy MARIA y he sido una victima mas de la FIBROMIALGIA, pero una vez pasado un tiempo y para comprobar en mi propio cuerpo la realidad de las cosas os cuento mi experiencia por si le interesa a alguien:
Tengo 55 año y mi vida a sido una fotocopia de las vidas de cada persona fibromialgica. Dolor continuo, peregrinar por todos los médicos posibles, probar absolutamente todo, vivir desesperadamente cada minuto de mi vida por culpa de los dolores, no poder dormir por las noches, probar toda la medicación habida y por haber hasta llegar a los parches de morfina. Aislarme en mi casa y perder el contacto con el mundo y la vida durante años.
Como vosotr@s he sufrido la incomprensión de muchísima gente, desde «conocidos y amigos» hasta de los propios médicos y compañeros y jefes en el trabajo, llorar por los rincones cuando nadie me veía, dejar de salir a la calle porque me arrastraba y el dia que podía caminar bien y me encontraba con alguien conocido, el comentario siempre era el mismo….»pues yo te veo muy bien»…. eso duele si, y duele mucho, y solo lo comprende quien ha pasado por ese trance. La desesperación constante de que el dolor no se va, de que ninguna medicación responde a las expectativas. De los médicos me he oído de todo, desde los que te miran por encima del hombro pasando por los que te humillan y peregrinar y peregrinar hasta encontrar lo que yo llamo «Una buena persona que de profesión es medico y te escucha, te comprende, además te ayuda en todas sus posibilidades»….si he tenido de todo. Ha habido médicos que me han recetado baños de agua caliente y sal, otros que me han dicho que trabaje para adelgazar, vamos que os voy a contar que no sepáis. Todo esto os lo explico pera deciros que ahora afortunadamente ES HISTORIA, SI, ahora soy una persona normal, que me canso como todo el mundo, que puedo salir de mi casa, que no me tomo ninguna medicación y que sobre todo y por encima de todo TENGO GANAS DE VIVIR, el cambio se ha producido a raíz de recibir una terapia, con solo siete sesiones, que no he tenido que tomarme absolutamente nada y os dejo el enlace por si os interesa, estoy dispuesta a contestar todo lo que me queráis preguntar porque igual que una persona me hablo de esta terapia, me siento la necesidad de contarlo al mundo y de deciros que HAY ESPERANZA y es REALIDAD
«Después de un episodio agudo de mioaltralgias generalizadas acompañadas de fatiga, y de dos o tres visitas a la consulta de medicina interna y rumatología, me indican que podía estar padeciendo lo que se denomina fibromialgia. Aunque posteriormente, el reumatólogo realiza un diagnóstico de hiperlaxitud muscular que provoca dolor generalizado y difuso y me prescribe un miorrelajante, que, en realidad, es un antidepresivo con acción inductora del sueño y que también permite una menor percepción del dolor a pequeñas dosis (10mg.). Con esta historia clínica me voy a casa y empiezo a buscar información y a dar vueltas a mi cabeza sin descanso y sin resignación.
A continuación comienzo mi primera sesión con Victoria, y, en realidad, el planteamiento de su método no era el que esperaba, pero, escucho atentamente, a la vez que Victoria me comenta algunos síntomas con los que me identifico mucho, comienzo a rememorar y llego a la conclusión de que, evidentemente, este problema que ahora se había acentuado, me ha acompañado siempre a lo largo de toda mi vida. Empiezo a considerar actividades que siempre me han costado mucho esfuerzo como subir escaleras, coger pesos, realizar ciertos esfuerzos físicos, el cansancio que tenía en muchas ocasiones sin causa muy justificada, etc. Y es cuando de verdad abro los ojos a mis vivencias pasadas y tengo, ineludiblemente, que dar crédito a lo que Victoria me está comentando sobre la falta de oxigenación que parece haber sufrido mi organismo ya desde el momento del nacimiento, por una ipoxia de parto, debido a una vuelta de cordón que hizo que me faltara tal cantidad de oxígeno al nacer que tuvieron necesidad imperiosa de suministrarme oxígeno vía umbilical, y que casi llega a costarme la vida.Aunque mal pensaba yo, hasta que llegué a la consulta de Victoria, que este hecho tendría tantas secuelas y determinaría así mi calidad de vida.
Pero, cuando Victoria me menciona, como he dicho,tantas referencias familiares, como el cansancio,los dolores de tobillos, rodillas, muñecas, la imposibilidad de subir cuestas, el agotamiento contínuo, etc., no puedo sino darle la razón y verme reflejada en este retrato robot. Además tengo que comentar que, aunque a nivel físico, siempre he denotado cierta debilidad, el problema también pasaba factura a nivel mental, y ahora me doy cuenta de que probablemente, yo no fuera consciente, pero estaba haciendo un sobreesfuerzo para cumplir mis expectativas académicas y laborales. Para éllo era necesario un gasto excesivo de energía, porque ineludiblemente, mi cerebro necesitaba de un aporte de oxígeno que no llegaba de modo natural y que tenía que aportarlo a costa de minimizar la oxigenación a nivel físico, puesto que el nivel de oxigenación global no era suficiente para cubrir todas las demandas. Por tanto parece muy plausible pensar que yo estaba destinando la poca capacidad de oxigenación que tenía mi cerebro y estaba dejando al resto del cuerpo bajo mínimos. Y ante este coste, el cuerpo ha reaccionado. Aunque supongo que si no fuera antes, sería después.
Y así transcurren las primeras sesiones, entre la sorpresa, al ver que Victoria me relata exactamente lo que yo experimento desde hace un tiempo, y el alivio por ver que alguien puede llegar a entender de modo muy simple lo que yo llevo tiempo intentando explicar a mi familia y amigos. A partir de la segunda, tercera sesión en las que Victoria comienza realmente a llevar a cabo ciertos desbloqueos , intento dejarme llevar y seguir a pies juntillas sus recomendaciones, aunque en realidad yo no soy consciente de iniciar alguna mejoría apreciable hasta la 5ª o 6ª sesión. A partir de ese momento, si observo que la fatiga que acompaña a los dolores comienza a ser menor y que los dolores no parecen tan intensos.
A medida que pasan las sesiones Victoria, además de seguir trabajando el desbloqueo en determinados puntos, para facilitar la respiración correcta e ir aumentando el aporte de oxígeno al organismo, comienza a manipular ciertos puntos del cuerpo y paquetes musculares, lo cual relaja notablemente, aunque en algunos momentos note alguna que otra molestia. Pero cada vez los días con dolor intenso, que yo describo como agujeta generalizada, se espacian más, y comienzan a tener alguna relación con cambios de tiempo o ciclos menstruales, pero al menos son más controlables.
Según he ido avanzando en la aplicación del método, he ido notando un cierto incremento en la energía para la realización de las actividades de la vida diaria, y mayor resistencia a la fatiga, aunque hay días en que aparece el dolor, y entonces llega el miedo, la inseguridad, pero evidentemente, sigo adelante, porque como he dicho, si que esos días son más puntuales y esporádicos.
Si bien es cierto que aún parece estar latente en mi cuerpo esa sensación de cierto cansancio y dolorimiento, no a los niveles de hace unos meses, sin embargo, sigo trabajando con la esperanza y la confianza en que cada vez estas sensaciones serán menores y que dios mediante remitirán, al menos, hasta el punto de hacer posible una funcionalidad que me permita continuar mi VIDA.»
«En el año 1987 empiezo a sufrir fuertes problemas de espalda, lo cual me provocaba un dolor permanente, después de acudir a muchos Médicos y Clínicas, sin encontrar solución, finalmente, fui intervenido quirúrgicamente en columna vertebral, consistente, la misma, en una implantación de un músculo artificial, que se une con la propia musculatura, para de fijar y reforzar la musculatura de la espalada, en una prestigiosa clínica de Barcelona, conocida por tratar a famosos deportistas y, ser de vanguardia mundial en el tratamiento de algunos tipos de Cáncer y, ello poco antes de las Olimpiadas del 1992 y, por personal médico, que después participó, algunos incluso no solo como Médicos, sino alguno de ellos también como atletas (obteniendo una medalla de Oro), en las citas Olimpiadas.
Como consecuencia de dicha operación, mi dolor se atenuó y mejoré mi calidad de vida, pero nunca sin llegar a ser lo que era antes de haberme lesionado la espalda, pero durante un tiempo me permitió volver a poder trabajar, con eficacia y participar en el crecimiento y formación de mi hija, la cual, ya se estaba gestando cuando mi operación, y estaba preocupado por esta nueva responsabilidad, ya que dudaba de mi capacidad para poderle ofrecer un futuro, que como padre todos deseamos para nuestros hijos.
Durante los 8 o 9 años posteriores, alterné periodos buenos con periodos muy malos, siendo éstos últimos más frecuentes a medida que pasaba el tiempo, sobre todo, después de excesos de trabajo, tensiones emocionales o cambios de tiempo, lo cual determinaba o afectaba mi carácter frente a los demás y, sobre todo, como siempre, lo sufrían los más próximos a mi.Conocí a Victoria (a la cual, no voy a valorar, como persona, por mi afectividad y agradecimiento como paciente hacia ella, para ofrecer una mayor objetividad, que sea útil a los demás) y a sus iniciales métodos, en el año 2001, recomendada por otra persona, después de haber perdido a mi padre de un infarto cerebral, llegando a sus manos, en muy mal estado físico (gran retención de líquidos, con hinchazón general) y psíquico (con una gran tensión emocional, por esa pérdida y con una gran responsabilidad laboral); estado previo, del cual, no me daba cuenta, ya que pesaba más 110 kilos, cuando mido aproximadamente 1,80 y, apenas me podía doblar, lo que no era debido a mi excesivo volumen de masa corpórea, sino a la mi rigidez de mi espalda, que llegaba a tal punto, que tenía muchas dificultades podía ponerme unos calcetines o atar los cordones de unos zapatos.
En la primera sesión, con el Método Victoria, actuando sobre los centros de oxigenación de mi cuerpo, además de obtener una relajación y paz, difícil de comprender, para una persona, que como yo, hacía tiempo no la había sentido, logre doblar mis lumbares, recuperar la llamada “lordosis fisiológica”, que desde la operación, hacía ya nueve años atrás, no lo lograba.
Con las aplicaciones posteriores del Método Victoria, y sus avances, a lo largo del tiempo, en sus sesiones, he logrado irme recuperando paulatinamente de mis dolores de espalda, curarme de algunas lesiones deportivas, de lesiones sufridas en un accidente de tráfico, superar y aceptar con resignación, las muertes, consecutivas, en un corto espacio de tiempo, de algunos de mis seres más queridos (en menos de cinco años, había perdido a mis padres, a mis abuelos y tres primos hermanos), superar una muy difícil ruptura matrimonial, que me separó durante mucho tiempo de mis hijos, habiendo ido gradualmente caminando, sesión a sesión, para ser una persona diferente, mejor, más equilibrada física y psíquicamente, más sana, más feliz, más resolutiva (con capacidad de resolver grandes retos y afrontar importantes golpes de la vida), en paz con el mundo y, con los que nos rodean (sin odio, ni rencor a nadie), con mayor capacidad de amar y ser amado, con mayor capacidad ayudar a los demás en sus problemas, para comprender, entender y respetar a los demás, por antagónicos e incompatibles o equivocados o injustos que éstos nos parezcan.
Recomiendo este método de oxigenación integral, para todas aquellas personas que, como yo, hayan sufrido y sufran daño físico y psíquico, o enfermedades, problemas personales, laborales, ya que, por mi experiencia personal, logrando que el cuerpo respire bien, ello hace que nuestro organismo funcione correctamente en su conjunto y, se puede obtener el equilibrio, la paz y la claridad mental, siendo ésta esencial para recuperar la salud perdida, es decir, se puede alcanzar, el ansiado y preciado, bienestar, que da la plenitud al ser humano.»
«Acudí a Victoria hace 3 años asesorada por una persona muy querida para mi que vió como me iba sumiendo en una depresión cada vez mayor, la medicación, a pesar de ser mucha, no me estaba dando los resultados esperados, la sensación era la de tener una losa encima con tanto peso que no me dejaba ni respirar.En unas cuantas sesiones Victoria consiguió lo que nadie. Me dijo que mi problema era de oxigenación debido a un ahogo de infancia. Con sus maniobras comencé a respirar como nunca lo había hecho, notaba como el aire entraba en mis pulmones y mi respiración era profunda. Hace un año y medio que no tomo ninguna medicación, ni antidepresivos ni relajantes musculares, ni ansiolíticos. Volví a trabajar y mi vida ahora tiene otro sentido.
Solo puedo agradecer a esta persona lo que hizo por mi en ese momento y decirle que nunca voy a olvidarme de ella. GRACIAS VICTORIA!.»
«Hola me llamo Maria José actualmente (2009) tengo 49 años y vivo en A Coruña.
Hace unos diez años empecé a tener dolores que se fueron extendiendo y agravando hasta el punto que no podía dormir de noche ni vivir de dia. Empecé a visitar a traumatólogos y fuí de médico en médico sin obtener un diagnóstico claro, pasaron 3 años hasta que un reumatólogo de detrás del hotel Riazor me diagnosticó fibromialgia con la prueba que todos conocemos de los puntos dolorosos.
El tratamiento que me dieron fue el típico: miorelajantes, analgésicos y el antidepresivo triptizol, pero nada me funcionaba pq yo sentia todo el cuerpo agarrado y esa sensación no me la podía sacar. Tengo que decir que mi fibromialgia no era de las que existen de grado extremo que te obligan ha estar en casa y hacer reposo todo el día, yo podía trabajar pero cada vez me costaba más y de ánimos estaba muy muy mal, por otro lado no tenía más remedio porque tenemos una papeleria aquí en A Coruña.
Fue precisamente allí donde una clienta me habló de Victoria. Me visité con ella y ya desde la primera visita noté muchos cambios, a las pocas visitas (5) ya me noté mucho mejor y podía decir que estaba curada.
Así pues llevo 3 años completamente restablecida y he recuperado mi vida de antes.»
«Hola, mi nombre es Begoña, conocí a Victoria en La Coruña. Aunque no tenía ninguna enfermedad grave, ni me dolía nada en particular, acudí a Victoria porque no me econtraba del todo bien.
En la primera sesión ella me detectó que había tenido un ahogamiento y una caida de cabeza cuando era pequeña. Eso repercutía en que tenía una gran retención de líquidos y aunque no tenía una depresión tenía apatía por todo en general. Durante las sesiones ella me desbloqueó la garganta (creo que se llama glotis) y el sistema linfático. Aunque salí de la primera consulta con un poco de escepticismo creí que por intentarlo con las sesiones que ella me había recomendado no pasaba nada y la verdad es que valió la pena. Al final de las sesiones me encontraba muchísimo mejor y mi retención de líquidos había disminuido por completo.
Actualmente me encuentro bien, pero cuando tengo ocasión repito una o más sesiones si puedo con Victoria, porque con el día a día se acumulan tensiones y stres. El único inconveniente es que yo actualmente vivo en Marbella y ella reside en La Coruña, aunque a ver si con el tiempo viene al sur más a menudo.
Espero que mi testimonio sea útil para alguien y si necesitais cualquier consulta ya sabeis donde encontrarme. Un saludo»
Carta de una paciente: «Un ángel en mi camino»
«La vida es aquello, por lo que tenemos que pasar, aprender, vivir, llorar, sonreír, amar, buscar…y lo más importante, alcanzar la felicidad.
En este camino de la vida, solemos encontrarnos piedras, que no son más que obstáculos a los que tenemos que enfrentarnos. Y tenemos varias maneras de hacerlo; podemos quedarnos parados frente a la piedra, y pensar, es muy grande, no puedo pasar por encima de ella, y permanecer estáticos, viendo como la vida pasa, y la piedra cada vez verla más y más grande, y nunca jamás ser capaz de saltarla…la segunda opción, es pensar como puedo continuar mi camino, puedo darle patadas, patadas y más patadas pero la piedra nunca romper…o puedo quedarme tranquilo, reflexionar, meditar, buscando la manera de cómo superar dicho obstáculo, confiando que una reconexión con mi yo interno y el universo me de las claves de porqué está ahí esa piedra, qué me tiene que enseñar esa piedra, y bendecir a esa hermosa piedra, porque es la que me va a enseñar a evolucionar, a seguir creciendo, a ser capaz de escalar cada vez piedras más y más altas…esta es la actitud que me ayudará a superar los obstáculos.
Un ángel me enseñó un día una gran frase, “Bendigo este mal que va a traer un bien”, y desde entonces, cada vez que se aparece una piedra en mi camino, repito la bendita frase, y confío en la vida…y confío en mi ángel…
Esta carta va dirigida a ese ángel, que siempre está ahí para alumbrarme el camino, que me ha dado aliento cuando faltaba oxigeno, que ha despertado mi fe cuando no había esperanza, que me ha servido de guía cuando estaba perdida, que me ha devuelto el movimiento cuando me faltaba vida, que me ha dado la oportunidad de volver a nacer…gracias al universo por hacer que este ángel se apareciera en mi camino…gracias por haberme enviado a la MÉDICO DEL UNIVERSO.
Dios te dio un Don, que tu descubriste pronto, pero las circunstancias de la vida te impedían desarrollarlo. Tenías grandes sueños, ayudar a las personas, llevar salud a la humanidad, sueños grandes, complicados, pero hechos para una luchadora de inmenso corazón. Pero como todo aquel que cree en la belleza de sus sueños, al final hasta el sueño más lejano se puede cumplir. Hermosas ilusiones, que en ciertos momentos se hacían duras, difíciles, sufridas… pero ahí estabas tú, cada día con las personas, dando el oxigeno que se necesita para vivir, cada día ayudando a más y más gente, regalándonos tu Don, impregnándonos de salud…y todo en esta vida tiene su recompensa.
Te mereces lo más grandioso que nunca jamás pudiste soñar,
Te mereces el reconocimiento a una mujer sin igual,
Te mereces el inmenso amor que todos sentimos por ti,
Te mereces tanta felicidad como estrellas tiene el firmamento,
Te mereces todo lo bueno que la vida te pueda dar.
De corazón, te mereces, lo que no se puede expresar…
Mi gratitud por encima de todas las cosas;
GRACIAS POR SIEMPRE ESTAR AHÍ
EL MEJOR REGALO QUE ME HA DEVUELTO LA VIDA
GRACIAS MÉDICO DEL UNIVERSO
UN ABRAZO DE CORAZÓN
TE QUIERE MUCHO
LUCIA
Dedicado a Victoria, a la que quiero y adoro, y que nunca llegaré a poder expresar el agradecimiento que siento por toda su ayuda.
Qué la vida te sonría cada día más y más, porque lo mereces.
UN MILLÓN DE GRACIAS
25 de Diciembre del 2010″
Ciudad: Paiporta Valencia
Ciudad: Valencia
E-mail: amparituuu@gmail.com
«Bueno, pues ya estamos aquí. Lo primero, dejar claro que no vengo a vender nada, si no a contar una experiencia. Lo segundo, decir que he dejado pasar unos días para contemplar el asunto desde la perspectiva que da el paso del tiempo, y no dejarme llevar por emociones recién contraídas ni sentimientos no madurados. Lo tercero, dejarme de rollos, y al grano. Servidor fue a Victoria de rebote, casi sin querer. A diferencia de la mayoría de gente que se somete al Método, no fui por probar algo nuevo, o porque estuviera harto de tratamientos médicos sin resultado positivo, o porque los dolores no me dejaran vivir. No, yo no tenía nada. Bueno sí, confirmando por placas y resonancias, según el especialista, un menisco roto que, si bien no me impedía hacer una vida normal, sí me molestaba y dolía lo suficiente como para tener previsto solicitar al traumatólogo que me pusiera en lista de espera para operar, como ya me ofreció él en la última visita. Pero bueno, a mi lo que me convenció para probar con el Método Victoria, fue ver los espectaculares resultados físicos de toda índole que estaba consiguiendo en familiares y amigos muy allegados. Dolores que desaparecían, movilidad impensable antes de aplicarse el Método, recuperación de flexibilidad perdida u olvidada hace muchos años… Pero sobre todo, lo que me intrigaba y convencía mas era esa cara de felicidad, de bienestar, de paz consigo mismo y con el mundo que mostraban todas las personas tras haber estado con Victoria. Y allá que nos fuimos. Recalcar, que hay mucha gente mal pensada por ahí, que el Método son básicamente 5 sesiones, y San Seacabó. Aquí no vale eso de “tiene usted que volver”, “tómese esto y ya veremos”, “igual hay que repetir tratamiento…” ¡Nein, nein, nein! Cuando uno acaba sus 5 sesiones -salvo casos de enfermedades de las muy muy duras, como la fibromialgia, que necesita 7 sesiones, u otros casos excepcionales- lo único que resta hacer hasta el fin de los tiempos, es respirar bien, como Victoria te enseña, y nada de medicamentos raros ni cosas por el estilo. Una vez aclarado esto, continuamos para bingo. Llegué allí con la mente abierta, dispuesto a dejarme hacer, ver, oir, callar, y ver que pasaba. No hubo necesidad de declarar nada. Victoria te mira, te toca, te estudia, te pregunta, y va directamente con sus manos, manos mágicas, a actuar sobre la zona o las zonas afectadas. En todo momento te explica qué está haciendo, sobre que músculo, nervio o cartílago está actuando, dando muestra de un conocimiento exquisito de la anatomía humana. Y te cuenta como va a afectar al mismo esa actuación, como va a volver a su sitio, a funcionar donde y como debe, y tu vas notando cambios, sensaciones nuevas, y te dice que cuando empiece a oxigenarse, cuando recupere su actividad normal, empezarás a sentir un bienestar que nunca habias experimentado, o que bien ya habías olvidado. Y con sabias palabras, me iba contando lo que estaba haciendo en mi cadera para arreglar lo del menisco. Sí, sí, en la cadera para arreglar el menisco. Y tal como lo explicaba, me pareció lo más lógico del mundo. ¡Como nadie se había dado cuenta antes de eso! Pero acabó con el menisco, que por cierto ahora ni duele, ni molesta, ni ná de ná, y siguió mirando por el resto del cuerpo. Como ya he dicho antes, a mi no me fallaba nada más. O al menos eso creía. El tercer día del tratamiento, descubrí que el cuello se podía girar de una forma que yo nunca hubiera creído posible, porque nunca lo había girado así. Incluso los pies, a la altura de los tobillos, resulta que pueden girarse mucho muchísimo, que son flexibles… Y yo pensaba que solo tenían una rotación mínima y limitadísima, porque siempre los había tenido así. Y llevaba mucho tiempo también con Omeprazol por una, se supone, hernia de hiato que me detectaron hace años, y que dijeron que si iba a mas, tendría que pasar por quirófano. Y parece ser que no era hernia de hiato. Era un problema de tráquea. Y digo era, porque ha desaparecido, y el Omeprazol también. Victoria me explicó el como y el por qué del asunto, y volvió a parecerme lo más lógico del mundo. Y aquí estamos, sin dolores, mas flexible que en la vida, notando fuerza, poder o no se que decir en las extremidades como hacía mucho tiempo que no notaba, y frescos, felices y contentos. Y lo mejor. Esta increíble mujer te transmite una sensación de paz, de bienestar, de tranquilidad, de relajación, de comunión contigo mismo y con el mundo, que te hace cambiar la óptica cruel, desengañada y derrotista que solemos llevar encima por otra feliz, esperanzadora y vitalista. El contacto con ella, con sus manos, produce un nosequéqueseyo placentero nivel óptimo y yo quiero más, que no se puede explicar. Y de verdad os lo digo, que si tenéis oportunidad de abrazarla, hacerlo. No os arrepentiréis. Al cabo de los días, os daréis cuenta de vuestra mejoría, y echaréis de menos su contacto, sus palabras, sus explicaciones. O por lo menos, eso me ha pasado a mi. En resumen, una experiencia mágica, saludable, gratificante y totalmente recomendable. Y que tengas muy claro, que si el mal que te afecta no puede ser tratado con el Método Victoria, ella misma te lo dirá en el primer momento. Aquí se trata de salud, de hacer el bien, de curar. No hay negocio. No hay experimentos. No hay cosas raras. Y no se que mas decir. Para mi, del 0 al 10, 11, y solo decir que agradezco mucho a Victoria y su Método lo que ha hecho por mi y los míos. Y no hay más. Gracias, Victoria, de corazón..
Pepe – pepegeno@gmail.com – Valencia
Comenzaron a dolerme las rodillas y el problema fue en aumentando progresivamente, un dolor continuo día y noche. Incluso he tenido que usar muletas pues en cualquier momento me fallaban y caía. Eso me llevó a tener que ir al traumatólogo y la única solución que me dieron era poner una prótesis en cada rodilla, proceso seria en espacio de dos años. El dolor era intenso y entré en lista de espera, 6 meses.
Pero encontré a Victoria, me animó mucho y me dijo que con su método me pondría bien.
Así ha sido. Desde la primera sesión he podido dormir profundamente y sin ningún dolor ni molestia alguna. Además, a partir de comenzar el Método Victoria, mi sueño fue reparador pues toda mi vida me desperté agotada. Ahora comienzo el día con ánimo, sin cansancio y realizo lo que tenga que hacer con agilidad. Antes tenía que sentarme con mucha frecuencia, descansar para poder seguir. Era un suplicio.
Con las cinco sesiones que realizó Victoria, me encuentro muy, pero que muy bien y cada día que pasa me encuentro mejor. Me parece un sueño, como me he visto y como me veo. Me cambió la vida.
Y ya no es que yo lo note, sino que la gente que me conoce me para y me pregunta que hice. Y la artífice de que yo me recuperase es Victoria y su método.
No tengo palabras para agradecerle lo que ha hecho por mí. Me quitó el dolor, me dio calidad de vida y me devolvió la alegría de vivir.
Gracias Victoria, por muchas veces que te lo diga nunca serán suficientes, te estoy eternamente agradecida, tú lo sabes.